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“Lo que le falta a este país es cultura musical”

“Nosotros no improvisamos nada, todo lo que tú miras es Rage, porque la gente nos paga una entrada para ver a Rage”, señala Matías.


Bastián Salas, Catalina Mancilla, Yennifer Aqueveque, Benjamín Riffo y Tomás Zúñiga

7 de junio del 2022


En una entrevista con Matías (Rulo), vocalista de Nobody, banda tributo a Rage Against The Machine, el artista contesta preguntas sobre cómo se construyó su proyecto, cuenta historias que ha vivido de manera detallada y también entrega su opinión sobre la cultura musical que existe en Chile.


Fuente: YouTube Yo Soy


Rulo, de 33 años, es el cantante de Nobody y su historia pública comenzó cuando los televidentes del programa Mi nombre es lo vieron por primera vez en el año 2013, presentándose con Killing in the Name con una pista de fondo y ningún otro acompañamiento musical.


A lo largo de su carrera, ha consolidado dos bandas tributos de Rage Against The Machine: Funk Blast y la actual Nobody. Tanto con la primera como con la segunda, ha realizado presentaciones durante todos estos años de manera regular en distintas partes del país. Su próximo show será el 13 de agosto en el Club Chocolate en Santiago.


La audiencia que lo sigue lo recuerda más recientemente por participar junto a Nobody en el programa Yo soy (2019), donde los jurados los felicitaron en todas sus presentaciones hasta que se retiraron por problemas de tiempo y trabajo de los miembros de la banda. De hecho, en los comentarios de los shows subidos a YouTube, se encuentran cientos de comentarios que indican el parecido de la banda tributo con la real, destacando la similitud física y vocal de Rulo con Zack de la Rocha (vocalista de Rage Against The Machine).


Sin embargo, Matías no ha dado muchas entrevistas para los medios de comunicación, por lo que no se encuentra mucha información de él más que las presentaciones en televisión. Por tanto, esta entrevista cumple con el objetivo de conocer a Rulo en su faceta de artista y también como persona en cuanto a sus apreciaciones de ciertos aspectos de la música en Chile.


¿Cómo nace el gusto por el metal y específicamente por Rage Against The Machine?

El gusto por lo que es el rock nace desde el colegio, ya que yo estudié en el Liceo de Aplicación, entonces todo esto en el colegio se ve mucho más fuerte por el tema de que es una banda revolucionaria, entonces se escuchaba mucho y ahí empezó mi gusto un poquito más por lo que es la música.


Netamente por Rage es un tema más generacional, en la generación en la que estuve yo, que es el 2006, yo salí de cuarto medio, agarré todo lo que es la generación del 2000. Había bandas que venían con un punk rock, como tipo Green Day, con un grunge de Chris Cornell y eso junto con lo que es el nu metal con Rage que es un poco más noventero, todo mezclado en el mismo estilo: estaban bandas como Limp Bizkit y System of a Down. Entonces, crecí en ese circuito de bandas que se dieron a conocer mundialmente y una de ellas era Rage Against The Machine.


¿Cómo pasó ese gusto por la banda a la idea de conformar un tributo?


Yo empecé a tocar guitarra en la media, partí en octavo básico a aprender a tocar este instrumento por un regalo que me dieron mis padres que para una navidad me regalaron una guitarra eléctrica con un amplificador, y ahí empezó mi gusto por tocar música. Después con mi grupo de amigos empezamos a tocar temas de metal, que es lo que yo creo que uno siempre incursiona para aprender a tocar guitarra y bajo.


Ahora, por tocar Rage Against The Machine, la historia es bastante larga. Yo antes tocaba en una banda, con la que queríamos presentarnos y se nos dio la posibilidad una vez ya que igual tocábamos bien y teníamos algunos covers y dentro de estos estaba la canción Killing in the Name. En la banda todos cantábamos, pero ese tema en puntual lo cantaba yo, porque tenía más el timbre de voz, pero nunca pensando en lo que iba a llegar a lo que somos ahora. Esto más o menos pasó cuando yo tenía un poco más de 18 años y nos pusimos a tocar y cantar en un bar.


Cuéntanos la historia


Cerca de los años 2007 o 2008, fuimos al campus San Joaquín con un amigo a carretear a un festival, y antes de que este empezara, había un escenario pequeño que era un Karaoke Rock. En ese tiempo, no teníamos tanta plata y yo iba solo con una cajetilla de cigarros y con 500 pesos, con toda la esperanza de carretear y de conseguir copete por algún lado. Entonces, en este karaoke preguntan: “¿quién se ofrece a cantar? De premio damos una chela”. En ese momento, ya me había fumados todos los cigarros y estaba seco, así que me acerco y le digo quiero participar. Digo que quiero cantar Killing in the Name, pero nunca con el afán de parecerme ni nada. Veo a toda la gente sentada, empieza a tocar la banda y, como ya me gustaba demasiado la canción, empiezo a ser el Zack, pero como una humorada y el tono de voz. En dos tiempos, la gente se paró y dejó la cagá. Después vienen y me dicen: “quedaste seleccionado como los cinco mejores del día, y yo le digo “oye y la chelita ¿pa’ cuándo?” Y me dan un pack de chelas y yo pensé “empezamos bien”.


Después cuando me vuelvo a subir, le pregunto a la banda si se sabían otro tema de Rage y dentro de las canciones del listado del karaoke no estaba Know Your Enemy, pero los muchachos si se la sabían.


¿Cómo terminó todo?


El evento lo ganó un tipo que cantaba Faith No More, pero la producción se me acerca y me dice “mira ojalá nos encontremos de nuevo, sería bacán tener la posibilidad de que se presentara otra vez algo así ¿Tú participas en alguna banda tributo?” Y “yo no, nunca ni idea con hacer eso”. En eso, se acercan a mí como tres personas que tocaban Rage y que querían hacer un tributo y me dicen: “oye flaco, sabí que lo hiciste súper bien, podríamos intentar hacer un tributo” y a mí como que recién ahí me pega la teja y digo “ya poh, intentémoslo”. Y dentro de estas tres personas, había uno que vivía cerca de mi casa, fue la coincidencia, y al otro día él me llama y me dice que si quería ir a ensayar a su casa que él tenía un amigo que era baterista y que él tocaba la guitarra. Yo le dije que tenía un amigo que era bajista y ahí empezó el gusto, y esta banda se llamó Funk Blast, que fue con la que yo me presenté a Mi nombre es, y ahí tuvimos varios años tocando juntos.


Así que el gusto por hacer un tributo nunca existió, sino que se dio por tocar Killing in the Name en el karaoke.


¿En qué año se arma el proyecto de Nobody?


Nobody se arma, porque después de un tiempo Funk Blast se desarmó por cosas de banda, intereses distintos y de todo un poco. En un momento mientras tocábamos en Mi nombre es, el guitarrista de nosotros, Felipe Gómez, tuvo que viajar al extranjero y el guitarrista que ahora toca con nosotros en Nobody, Lalo, llevaba años haciendo tributo a Rage en otra banda y siempre cuando nosotros empezamos con Funk Blast y tocaba Lalo, reemplazando a Felipe, la gente que nos iba a ver nos decía “ojalá entre ustedes dos hagan un tributo a Rage, porque ustedes se parecen, son increíbles”. Entonces, después con los años se separan ambas bandas, y con Lalo dijimos “armemos esto, aprovechemos este momento”, porque ya veníamos con el boom de la fama por la tele, y aprovechamos todo ese vuelo y lo canalizamos en Nobody, y ahí la banda se arma con músicos que son de la élite en lo que es el tributo.


¿Tienen profesiones relacionadas a este proyecto musical o sus vidas profesionales están distanciadas de Nobody?


El baterista Daniel San Martín es totalmente increíble en su trabajo y también en lo personal, él toca en la banda Nacional Silvestre. Además, él ya venía también de otras bandas tributos, Nevermind que es de Nirvana y otras más. Por ejemplo, él vive de la música, también está en otra banda tributo de The Beatles y suenan en todos los casinos y salen disfrazados y todo.

Por otro lado, Lalo es profesor de música, trabaja en lo que es el retails de la música y es un técnico reconocido casi a nivel nacional por controlar los cables análogos de una manera increíble, hace capacitaciones, maneja las guitarras a un nivel tecnicismo súper bueno, entre otras cosas.


Yo soy faenero, trabajo en lo que es la producción de minería, celulosa en general en todo lo que es alto montaje.


Para usted, ¿qué significa ser una banda tributo?


Nosotros no improvisamos nada, todo lo que tú miras es Rage, porque la gente nos paga una entrada para ver a Rage, no por ver a unos cabros que quieran tocar Rage, porque esa es la idea de una banda tributo o como otros dirían: el homenaje.


Nobody se armó con puros músicos elite y yo me tuve que poner a tono, empecé a tomar clases autodidactas por el tema de la voz y ahí se armó nuestra banda.


Por ejemplo, en Yo soy, cuando llegamos a ese programa, la suerte es que el sonidista del programa era uno con el que habíamos trabajado en un local. Entonces, ya sabíamos cómo trabajar con él. Si tú te das cuenta, la presentación que hicimos en este programa es totalmente en vivo, suenan literal los instrumentos como son y el encargado supo cómo ecualizar bien los sonidos. Aquí es cuando Nobody se presenta como tal en Chilevisión. De hecho, nos retiramos de este programa por temas de otros trabajos porque no nos calzaban los horarios de nuestros trabajos personales con la programación de Yo soy.


En nuestro caso, Lalo por ejemplo se preocupa que al tocar suene Rage, Daniel se preocupa de que la caja que tiene sea la misma que el batero de Rage, el bajista que es Sebastián, se preocupa de que suene igual a Rage. De hecho, Sebastián tiene un pedal que no existe en Chile. Yo me preocupo de que todo se vea igual, las actitudes, rasgos, como toman el bajo, etc. Algo que con los años ahora se nos hace innato, porque un tributo tiene que ser idéntico, si no es así, es solo un cover.


¿Cómo nació la idea de presentarse en los programas de televisión como, por ejemplo, Yo soy?


Un día me contactaron dos veces en Mi nombre es, como para decirme “anda a la tele” y yo les dije que no, porque no me gustaba. Un día veo en Facebook que un amigo había publicado que iba a Mi nombre es, yo le hablo por interno y ellos me invitan a compartir y voy. Llegamos y como yo no estaba en la lista no podía entrar, pero en un descuido del canal me dicen “quizás pueda entrar” y yo altiro entré y me quedé con mis amigos dentro del canal. En eso, mi amigo y su grupo se fueron a arreglar y a mí me preguntan del canal “¿oye tú vienes?” y yo “sí”, porque no podía decir otra cosa si se supone que no se podía llevar invitados, “yo hago tributo a Rage Against The Machine” y me dicen “oye, pero no apareces en la lista”, y yo le dijo “pero quizás no revisaron, yo vine igual”. La niña me dice que fuera no más a presentarme.


Luego de la presentación, me dijeron que me iban a llamar. Saliendo del estudio, me encuentro con un tipo de apellido Hobas que me llama y me dice: “¿Rulo? Menos mal que viniste, yo te ubico, te llamé para que vinieras a Mi nombre es, y tú me habías dicho que no, ¿cómo que apareciste aquí? ¿Ya te presentaste?”, yo le digo que sí y me dice “no compadre, venga para acá”. Me pesca y me tira dentro del salón otra vez y les dice a los del estudio que me prueben de nuevo y que me grabe. Salgo y no lo veo más.


¿Cómo continuó esa experiencia televisiva?


Pasó el tiempo y recibí una llamada en mi trabajo diciéndome que estoy listo para el programa y yo dije que no. Después me vuelven a llamar en otra ocasión, me proponen una fecha y que iba a ser una cosa como una tocata, yo dije que sí. Voy y me hablan de que iba a cantar Killing in the Name y que la pista estaba lista. Tuve la oportunidad de conocer a los tres jurados, Nicole, el Pollo Fuentes y Leo Caprile.


Salgo, me voy y me dicen que me iba a presentar de nuevo. Me encuentro con Hobas y yo le pregunto “¿quién eres tú? y me dice “mira, me presento, disculpa por lo emocionado, pero yo te andaba buscando. Yo soy Hobas, te he ido a ver a la batuta en varias ocasiones en varios lados y soy amante del rock, compadrito. Yo quería que tú vinieras y soy el productor de Mi nombre es, yo soy el jefe. En estos momentos te dejé parado, esta es la oportunidad que debías tener y yo ahora me retiro, me dieron otro programa, me tiro para el lado y te derivo a otra persona, pero por lo menos siento que ya la hice contigo”.


Ahí supe que esto no tenía por dónde parar. De una tocata en un local al que podían llegar 100 personas, se llenaba con 300, y con el tiempo ya había gente afuera.


¿Les funcionó esto como una publicidad que les abriera paso a una mayor cantidad de shows?


La publicidad va netamente en una persona que es inteligente, o sea, yo pienso que Hobas en este tipo de sistema de Mi nombre es, lo quería poner de tal forma que existieran los distintos estilos y quizá en el rock no existía ese tal que podía representar el rock, pero Rage de cierta forma igual se escuchaba, pero el plus que tenía yo no era tanto el tono de voz era mi parecido físico. Eso al loco le gustaba y le encantaba y más si ya tocaba en locales con más renombre.


Entonces tenía publicidad por un lado y el hombre juntó la TV, eso fue un plus para decir “¿Por qué no puedes tenerlo todo y tirarlo en un puro lado?” Y eso fue lo que sucedió.


¿Te gustaría que Nobody fuera la fuente principal de tus ingresos y también tu único desarrollo profesional?


En algún momento lo pensamos con la banda. Yo siempre he trabajado en este tipo de pega e igual tiene buena remuneración, pero también va en el tema de que yo arriesgo turnos y vida, entonces igual pierdes muchas cosas. Uno gana en este tipo de pega, pero también pierdes mucho.


Entonces de la música es súper difícil vivir en Chile. Nosotros con la gente de Mi nombre es siempre hemos pensado que el artista en Chile no se valora. Cuando sabe que la hace recién empieza a valorarse, porque, por ejemplo, yo te diré que Los Bunkers con el primer disco puede haber tenido mucha plata y puede haber tocado en muchos lados, pero cuando el segundo disco empezó a sonar, en ese momento se empezó a valorar, cuando ya la gente te valora a ti. Entonces es complicado hacerse las lucas, porque en Chile es difícil.


¿Y cómo funciona todo el asunto de los representantes para artistas que están emergiendo?


Yo te doy el ejemplo de AC/DC. En un momento, Paul Matters era un monopolio y AC/DC tocaban en todos lados y sonaban increíble. Llegó un momento en que si tú no tienes la plata para estos artistas con show de calidad buscas uno más barato. En ese sentido, el tema de la música es ingrato cachai y más aún cuando tú no tienes una persona que te maneje bien, tienes que ser una persona que se maneje sola y eso es lo que les pasa a muchas personas de los que trabajamos en ese rubro.


Ahora puntualmente con este tema de la pandemia y que ha subido el costo de la vida, yo toco poco. Antes podía tocar por semanas para hacer lucas y ahora no, ahora si toco una vez al mes está bien y de repente en Santiago puedo estar tres meses sin tocar y después viene una fecha. Por ejemplo, ahora nosotros tocamos para mi cumpleaños hace poquito en La Batuta y no tengo fecha en Santiago hasta agosto, entonces juntai un poquito las ganas, porque la banda ya tiene sus seguidores.


Como banda, brindan shows regularmente a lo largo del año, ¿han recibido invitaciones para presentarse en otros países como banda tributo a RATM?


Hay un muchacho gringo que toca en una banda y que tiene la voz como Zack de la Rocha, uno pelado, buena onda y él toca con un suizo que se parece mucho a Tom Morello, pero gordito. Y ellos hicieron videos en la pandemia con distintas personas de distintas partes del planeta. Hay un video de Union que toca el bajista de nosotros.


En ese momento empezamos a recibir ofertas. Perú nos dice “oye, pueden venir?”, yo mando las cotizaciones y me empiezan a decir que por un show es caro “hazte tres shows, una gira y vamos a pub y le damos”. Después Brasil estaba más complicado, porque la pandemia se fue a full y más encima con un gobierno full derecha, entonces fue súper complicado. Después España nos dice “muchachos, quizá salga algo para acá, ¿cuánto cobran?”, mandamos los presupuestos y le dijimos “ojalá se pueda dar como gira para visitar varios lugares” y en eso nos dicen “démosle”. Estábamos esperanzados en que iba a resultar y no se pudo por la pandemia.


¿Qué propones tú como artista independiente para apoyar a las bandas tributos y emergentes?


Lo que le falta a este país es cultura musical. Como chilenos somos muy consumistas, ¿en qué sentido? En que banda que venga, la persona que no tenga las lucas la va a hacer igual. Slipknot viene al Knotfest con un par de bandas y Slipknot cobra 80 lucas cachai, entonces las vas a hacer igual. Como para que entiendas la cultura musical que existe acá en Chile, no es tal porque existe un consumismo. Si al consumismo tú lo juntas a la cultura sería boom, porque la cultura musical en Chile se basa en términos al latino, reggaeton y romántico. Aquí Chayanne y Luis Miguel no vienen a hacer un solo show, hacen una semana. Son románticos antiguos, pero lo hacen. Vino Karol G y Anuel y llenan.


Entonces, ¿qué es lo que está fallando?


Hace un par de años quitaron la música como ramo de formación. Lo que hicieron con eso fue afectar directamente a los que venden instrumentos musicales, porque Casa Amarilla hasta por ahí se ha podido mantener cuando antes estaban en todos lados. ¿A qué voy con esto? Que no existe cultura musical de tal como el rock o instrumentista. Por algo existe una región donde todos estos viejos se encuentran que es Concepción. Yo vivo ahí por lo mismo, porque allá se consume música desde el lunes. Vivo en un departamento, donde en la esquina hay un local piola en el que se presenta alguien y hay 40 personas escuchando y tomando. En ninguna parte de Chile existe eso.


Como tributo a RATM, ¿cuál crees que debería ser el rol social de la música o específicamente del rock/metal?


Tenemos un rol social, pero está gastado. Antiguamente la música existía como un símbolo de protesta, por algo existieron Los Jaivas o Victor Jara tocando cosas con índole política. Teníamos un tema político bien duro en Chile. Actualmente una banda que tiene esa tonalidad no es tan fuerte como en esos años y ahora la lleva la fiesta.

En los shows de Nobody, hay temas en los que mezclo cosas de harto poder político. Las bandas que son contestatarias ya pierden un poco el valor. En Argentina está el valor, pero ahora está al revés porque de cierta forma es la izquierda que tiene la escoba, entonces, ¿cómo vas a cantar derecha?

Los tiempos son distintos y tocar índole política es totalmente distinta, no tienen ese power y la banda que más lo resume en Chile son Los Prisioneros.


Según usted, ¿el mensaje político impacta en la sociedad?


Como que el mensaje político ha perdido el poder, ha perdido la relevancia como la que tenía antes. Yo creo que ahora es el momento de los cabros que les gusta la poesía. Eso se perdió. De hecho, de los pocos reggaetoneros urbanos, que yo veo harto ese estilo porque me llama la atención el cómo los muchachos logran tal fama tan rápido. Por ejemplo, si existieran músicos urbanos con letras con un poco más de contenido y no tan vulgares en este caso, llegarían un poquito más internacionalmente, que es lo que está haciendo Cris Mj. Este loco llegó a estar en un momento en el que Karol G quiere cantar contigo, entonces yo creo que ahora puntualmente, no lo he hablado nunca en ningún lado, pero yo creo que ahora es el momento donde puede existir la poesía.


Rulo, volviendo a la banda de ustedes. ¿Como grupo se sienten cercanos a las ideas que quiere expresar la banda? ¿No hay diferencias de opinión o algo así entre ustedes mismos sobre lo que quiere la banda? ¿Te sientes representado por las ideas que da la banda? (Rage Against The Machine)


El primer disco es del noventa y uno de los últimos es del 2003. Piensa en qué año estoy tocando, si yo digo “sí, la idea y todo” por lo que está pasando con el gobierno acá, la respuesta es sí y no. Yo en estos momentos trabajo en una empresa minera, como quien diría “le trabajas al enemigo”, siendo que yo canto Rage, pero también tienes que pensar que va un tema de trabajo y de otras cosas. Si yo hablo de mis ideales, sí corresponden a la banda de cierta forma, pero en ese tiempo, no ahora. Yo ahora lo hago con mucho cariño y también trato de expresar las ideas que tiene la banda y traer esas ideas y ese año al ahora, entonces piensa bien si vas a juntar el 2022 con los noventa. Lo que proyecta la banda, a modo personal y quizás como idea en sí, es que atraemos los noventa a la actualidad, pero yo como tal estoy en el 2022, no en los noventa.


Pasando a otro tema y como opinión más que nada. Como se ha dicho últimamente y como lo dijo un líder de una banda bien conocida como Kiss: ¿crees que el rock está muerto?


Yo creo que el rock en sí no está muerto, está camuflado de otra forma, está tocado de otra forma, el rock se adapta de otra forma. La diferencia está, y yo lo que creo, el metal está cayendo un poco más, siendo que las bandas que más llenan son las metaleras. Yo lo que creo que está perdiendo ahora sí en la actualidad, es la expertiz en el instrumento. Creéme que bandas como Royal Blood y Muse a mí me sorprenden, porque son bandas totalmente expertas en los instrumentos que los tocan de una forma increíble. El rock como tal está un poco más camuflado, pero sí, más que muerto, está pisado por esta cultura urbana y este género latino de lo que es lo urbano en sí. Yo creo que es bacán, porque quizás en el 2000, no sé porque no tuvimos la oportunidad de estar en Europa en ese tiempo, pero en Europa se escuchaba Hip-Hop y Dj Tiesto u otro tipo de dj, ¿se escuchaba el rock? Sí, pero había locales en los que tocaban una salsa.


Es que los instrumentos se están reemplazando por la tecnología. Eso está haciendo más fácil el componer música.


Claro, pero, así como es fácil, es difícil llegar a la gente. Por eso los reggaetoneros tienen lo suyo, uno tampoco puede decir que si no le gusta es malo. Ahora, en el último, tiempo existen otro tipo de diversiones y otro tipo de artistas. Antes los artistas tenías que ir a verlos a un festival y con suerte los veías, ahora existe el Stand Up Comedy, locales de comedia, puedes ver a los reggaetoneros en las discotecas y se consume de otra forma la música y también lo que es el arte en sí. Pero repito, existen bandas que se escapan de la línea y esas son las que hay que aprovecharlas, como por ejemplo Tool: es una banda que se escapa y la gente se la hace chupete.


Y ahora con la última pregunta, a tema de proyecciones: ¿Qué proyecciones tienes tú como vocalista de Nobody y en tu vida personal también? ¿Hasta dónde planean llegar ustedes con el proyecto musical que tienen?


Hasta donde nos llegue. La gente no sabe, pero yo tengo 33 años, fui toda mi juventud cadete, jugador de fútbol, anduve en skate y cosas así, entonces va a llegar el momento donde mis huesos me digan “no”. El baterista tiene 34, el Seba 37 y el Lalo 41, así que nosotros ya estamos un poco más entrados a la edad y estamos aprovechando las oportunidades y darle hasta que nos dé. En ningún momento hemos intentado retirarnos. A lo que voy yo, es que la banda en sí es hasta lo que da. Cuando éramos más cabros, todos lanzados y antes si nos tomábamos una de pisco cada uno, ahora es una de pisco entre todos. Antes nos juntábamos a ‘chupar’ antes de subir a tocar, y ahora nos juntamos a cenar, a compartir con las familias.


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