Benjamín Riffo
Bastián Silva
Tomás Zúñiga
El no reconocimiento de la victoria electoral del nuevo presidente de Estados Unidos por parte de los seguidores de Donald Trump y el apoyo de este en un ataque al capitolio mientras se hacía la ceremonia de traspaso de poder, es un reflejo de la influencia que ejerce el poder político sobre la sociedad de masas.
Fuente: BBC
Donald Trump perdió las elecciones democráticamente y no debería ejercer el poder de incitar a la violencia (asalto al Capitolio), puesto que significa un intento de quiebre de la democracia, teniendo en cuenta que la elección de Joe Biden fue validada por la mayoría del senado de Estados Unidos, además de los presidentes de México y Rusia. En este sentido, Donald Trump incitó a miles de personas a cometer un acto antidemocrático.
Existió una desacreditación de la campaña presidencial de Biden, Trump se basó en algunos movimientos fraudulentos en las elecciones y es por esto que pidió investigar los votos. Un juez desestimó la petición asegurando que no había ningún tipo de fraude a la hora de contar los votos.
Por otro lado, la negación de los seguidores de Trump a aceptar al nuevo presidente, exigiendo que se mantenga el republicano.
Hubo una baja protección en el Capitolio, lo cual permitió que los partidarios republicanos de Trump entraran con mayor facilidad al recinto y se lo tomaran sin mayor resistencia policiaca.
Fue una masiva invasión (miles de personas) al Capitolio de Estados Unidos el pasado 6 de enero mientras se realizaba la ceremonia de acreditación presidencial cometida por una movilización de simpatizantes y activistas de Donald Trump.
Debido a lo anterior, un guardia de seguridad fue herido de muerte y otros dos fueron inmovilizados y golpeados en reiteradas veces con unos tubos. Además, se exigió el paradero de algunos políticos implicados amenazándolos con suma violencia, todo bajo el llamado de Trump a “Luchar como el infierno”. Tras un tiroteo Ashli Babbit, partidaria de Trump y participante del ataque, fue abatida, lo que produjo su muerte minutos después.
Fuente: Infobae
También un par de manifestantes recreó el asesinato de George Floyd. Ante esto, académicos como Eddie S. Glaude Jr. señaló un dejo de discriminación por parte de la policía reflejada en que su actuar sería más agresivo si se tratara de población afroamericana.
En consecuencias inmediatas, se produjo la muerte de cuatro manifestantes y un policía, mientras que más de 50 personas fueron heridas, considerando personal de seguridad del Capitolio y policías de DC. Según el DCPD (Policía de Washington DC) hubo 68 personas arrestadas, por su parte la policía del Capitolio informó que habían sido 14 las personas detenidas. Además se presentó una recompensa de 1.000 dólares a quienes ayuden a la investigación de los implicados en el ataque a la Cámara del Congreso.
Fuente: El Periódico
Por su parte, las consecuencias directas que provocó el asalto al Capitolio de Washington se tradujeron en una imagen negativa de cómo se está llevando la democracia en Estados Unidos, proyecta una sensación de crisis interna hacia el entorno internacional.
La democracia de Estados Unidos es la más antigua del mundo y la semana pasada se vio amenazada no por un grupo externo al país, sino por seguidores del actual presidente Donald Trump.
En ese sentido, Emma Ashford, politóloga e investigadora del centro de estudios estadounidense Atlantic Council, se refiere a esta situación así: "No es posible construir una coalición de democracia para promover los derechos humanos y valores liberales si no puedes hacer eso mismo en tu propio país". Da a entender que, con este hecho, la nación no puede ser un “ejemplo” para otras sí es evidente que hay una crisis democrática, donde no se respeta la victoria del nuevo presidente.
Ashford reflexionó que este suceso inédito afecta la imagen a nivel país, pero que también es algo que viene de antes. En la misma línea, dice que bajo el mandato de Trump ha influenciado esta premisa.
De igual manera, la investigadora concede que la democracia estadounidense nunca ha sido perfecta. De hecho, hace referencia a casos como, por ejemplo, el hecho de que en la Guerra Fría no se les dejaba votar a los afroestadounidenses. Sin embargo, también explica que ese tipo de situaciones ha permitido a otros países mejorar sus democracias.
Ahora, si nos referimos específicamente del impacto negativo de la imagen de esta nación, Emma recalca que EE.UU. siempre ha sentido un rol que no le pertenece, en el contexto de sentirse con el derecho de intervenir en otros países.
En sentido de “solución”, a Emma le preguntan sobre cómo debiera enfocar EE.UU. la política exterior. La respuesta va en la vía de que el país debe dejar de concentrarse tanto en lo militar. Debe crear lazos internacionales en torno a temáticas alejadas al militar y seguir comprometidos con el mundo.
Fuente: Infobae
Para Carlota García, investigadora principal de Estados Unidos y relaciones Trasatlánticas del Instituto Elcano, el ataque al Capitolio “ha traspasado todas las líneas rojas y ahora mismo puede ser capaz de cualquier cosa", lo que genera una terrible imagen para el exmandatario EE.UU, esto sumado a que tiene juicios pendientes apenas deje el cargo presidencial. Según la investigadora, las consecuencias penales están directamente relacionadas a la influencia directa que tuvo Donald Trump en el ataque, puesto que no ha hecho más que apoyar por Twitter, aún así se contempla acusarlo bajo el delito de sedición.
Por otro lado, Steven Levitsky, politólogo de la Universidad de Harvard, se refiere a este hecho directamente como un intento de autogolpe, con el grado de querer deslegitimar e invalidar la democracia. A su vez, plantea que “la democracia sobrevivirá a este día”, pero que se viene un futuro incierto manejado por la crisis interna.
Desde nuestra visión, la problemática está en que es inentendible que un presidente atente contra su propio país, dejando en cuestionamiento a la democracia que lo hizo perder las elecciones. De esta manera, Trump no acepta su derrota y decide incitar a la violencia para desprestigiar la elección de presidente que tuvieron los ciudadanos estadounidenses.
A nuestra opinión, nos parece ridículo, puesto que su no reconocimiento al nuevo presidente deja ver una imagen muy pobre de la democracia estadounidense, más aún si la idea viene de un presidente y no de un grupo externo al gobierno. En ese sentido, Levitsky habla con la BBC de este tema e indica que este actuar se repite en los republicanos, existe esa idea de movilizar a las masas con un discurso basado en una crítica que tiene como premisa que “los demócratas están arruinando el país”. Asimismo, se recalca el hecho de que las personas toman acción frente a este tipo de discursos y se pueden generar intencionadamente actos que ponen en riesgo la democracia.
Creemos que una potencial solución ante este ataque sería vetar totalmente a Donald Trump de cualquier cargo político o de esa índole que lo haga ser un influenciador de masas, ya que, como quedó demostrado, estas incitan a la violencia y a la desacreditación de la oposición. De esta manera, casos como este quedarían descartados a menos que llegue a salir otro candidato parecido ideológicamente a Trump.
Por lo mismo, pensamos que es vital sentenciar al exmandatario bajo cargos relacionados a la incitación al odio y a la destrucción. Es un caso que no puede ser pasado por alto, ya que atenta severamente a la democracia y ,como fue investigado, no hubo fraude electoral y se confirmó que la elección había sido totalmente lícita.
Fuente: Los Ángeles Times
Uno de los costos más significativos que podría tener esta resolución sería el cambio de imagen que tendría esta potencia mundial, el hecho de que se enjuicie y posteriormente se encarcele a uno de sus ex mandatarios por apoyar a una masa de partidarios violentos y disconformes con la elección de otro presidente, no es algo que se vea bien viniendo de un país con tanta influencia como lo es Estados Unidos, esto podría provocar menor confianza de los otros países que comercian con EE.UU ya que en cualquier momento podría suceder nuevamente uno de estos ataques (inestabilidad política y social).
Comercialmente un país inestable en materia de política es mal negocio debido a que estas se podrían ver interrumpidas por una crisis al interior de este y eso demoraría futuros pagos. Es por esto que consideramos que es una medida bastante conflictiva y polémica pero, a la vez, necesaria para seguir manteniendo la idea de democracia y no caer en la demagogia con tal de controlar a seguidores sesgados en un discurso que se basa más en criticar a otro sector político que en solucionar problemas sociales.
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