Bastián Salas
Durante el estallido social, nos cuestionamos varios aspectos de nuestra vida que creíamos que eran normales, pero que no lo eran. La salud, las AFP, la educación y el transporte fueron el foco del descontento generalizado de la sociedad. Aunque también nació un sentimiento de cuestionamiento, frente a lo que creíamos como verdad.
Los medios de comunicación tradicionales no estuvieron exentos de este cuestionamiento. Nosotros pudimos presenciar la gran cantidad de intervenciones de personas comunes y corrientes que increparon a los periodistas, cuestionándolos a ellos y al accionar de los medios tradicionales de comunicación, quienes buscaban criminalizar las manifestaciones y no mostrar por lo que verdaderamente se estaba luchando.
Gracias a esto, proliferaron los medios alternativos de comunicación, que mediante videos y
fotografías daban a conocer al público lo que en los medios tradicionales no.
Frente a esta disyuntiva, en la que los medios hicieron un bien para la sociedad desde el estallido y que los medios tradicionales están siendo cuestionados por su credibilidad, cabe preguntar: ¿los medios alternativos son amparados por el Estado? La respuesta es no. Chiara Sáez, socióloga y Doctora en Comunicación nos explicó, ayer en una charla organizada por la Facultad de Periodismo de la Universidad de Santiago, que la ley de radios comunitarias de 2010 dice que estas radios no pueden emitir publicidad, ya que la ley prohíbe el lucro en radios de este tipo.
Tras lo último comentado, se podría decir que es honorable que las radios sean sin fines de lucro, ya que la palabra “lucro” ha tomado una connotación negativa. Pero esto quiere decir que las radios comunitarias no pueden recibir ingresos que no sean del propio Estado. Esto, lejos de ser bueno, condena a una gran parte de radios comunitarias que al solo recibir dinero del Estado se ven atadas de manos, pues este ingreso puede fluctuar según el presupuesto que se asigne cada año a estas radios, por consiguiente no pueden ser autovalentes y poder subsistir con financiamiento aparte que permita el desarrollo independiente de las radios.
Chiara también menciona que el rol del Estado debe estar a la altura para desarrollar el crecimiento de los medios alternativos. El establecimiento de medios alternativos permite que haya más información y también distintas formas de transmitir al público esta información. Lejos de ser algo negativo, esto deviene en el enriquecimiento en el campo de la transmisión de la información al haber una diversidad mayor en la forma de comunicar.
Durante esta charla antes mencionada, también estuvo como invitada la periodista y comunicadora social argentina Natalia Vinelli. La académica, aparte de ponernos en contexto de cómo funcionan los medios alternativos en Argentina y cómo estos medios se les intentó bloquear su desarrollo por parte del grupo “Clarín”, nos dijo que: “el periodista es más que teoría o la pirámide invertida”.
Mucho se ha hablado de que, en la nueva constitución, debería ir una ley de medios que permita la libre expresión y ponerle fin a la censura, pero Chiara Sáez va más allá y propone que más que una ley, deberían existir cláusulas que sean transversales para todos los artículos de la constitución. Nos ejemplifica que si Chile se declara como un Estado plurinacional, los medios comunitarios de los pueblos indígenas, tendrán mayor visibilidad y esta será llevada a cabo por el Estado.
Nos ejemplifica que si Chile se declara como un Estado plurinacional, los medios comunitarios de los pueblos indígenas, tendrán mayor visibilidad y esta será llevada a cabo por el Estado.
El Estado debe ser quien promueva los medios alternativos de comunicación, no solo financiándolos, sino que también dejar que se puedan financiar de otra manera para que su subsistencia no dependa de un solo ente y, por consiguiente, obtener el desarrollo y consolidación de los medios alternativos más rápido.
Creo que ya es un poco tarde para que se haga algo respecto al rol del Estado frente a los medios en la actual constitución. Es importantísimo incluir una cláusula y una ley que proteja y estimule el crecimiento de los medios alternativos en la nueva constitución. Solo así, romperemos la burbuja informativa en la que nos tienen inmersos los medios tradicionales y poder estar verdaderamente bien informados.
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