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Las comunicaciones SÍ son un derecho público

Johan Gabler

 
 

En Chile se habla mucho de la libertad de expresión y la pluralidad de los medios, sin embargo, realmente no se plasma dentro del término concreto, porque existe una concentración de ésta en el sector tradicional de este ejercicio, los medios de los grandes consorcios. Según la constitución política, en Chile solo es reconocido como “periodista” aquella persona que posea un título profesional universitario, pero ¿Qué sucede con todos aquellos “periodistas de oficio” que trabajan en un medio popular e independiente y que no necesariamente tienen un título profesional para ejercerlo?


Ayer organizamos, en conjunto a otro periódico digital llamado “Im/potencia Social”, un conversatorio online con Natalia Vinelli (Periodista y académica de la Universidad de Buenos Aires) y Chiara Sáez (Socióloga, doctora en comunicación y académica del ICEI en la Universidad de Chile), donde se plantearon bastantes temas respecto a la comunicación como un derecho humano y también de formas en cómo pensar una regulación legislativa para la protección y a la vez incentivar la actividad periodística popular en el actual marco del proceso constitucional en Chile.


“Más que quede plasmado el artículo como tal, importan las cláusulas constitucionales” fue una de las frases que manifestó Sáez haciendo referencia a que para lograr una democratización integral de los medios no solo es necesario que quede estipulado en un papel, porque “la libertad de expresión no es individual, sino que colectiva y debe estar sustentada bajo una institucionalidad”, agregó Sáez. Pero esa misma institucionalidad a la que hace referencia la académica actualmente no existe.


A su vez, Natalia Vinelli indicó que “una mayor sindicalización del periodismo permite una mayor libertad”, siendo un gran comienzo para la democratización de este sistema periodístico y para quién va dirigido. Aunque la invisibilidad de los medios populares es algo que nunca ha sido regulado ni tampoco ayudado para su propia expansión.


La invisibilidad a la que hago alusión anteriormente parte desde el propio gobierno con los recursos destinados desproporcionadamente a los medios tradicionales y también desde la propia policía específicamente en los tiempos del estallido social en chile, donde sufrieron una persecución para lograr “amedrentarlos”.


Volviendo a la sindicalización, los medios populares durante el estallido en Chile no tuvieron una unificación fuerte que vaya en un mismo sentido, por lo que no fue un movimiento tan fuerte como se esperaba. La académica Sáez hizo referencia a una “fragmentación” de estos propios medios, lo que hizo que el trabajo de los independientes no pudiera tener más peso que el de los medios tradicionales, que a su vez son rechazados por la propia población.



Lo curioso es que, a pesar de que esos medios tradicionales sean rechazados por la gente, van todos en una misma línea y están monopolizados o concentrados por unos pocos. En cambio, la gente apoya mucho el medio independiente, aunque este no tiene una fuerte injerencia u organización propiamente tal, encontrándose totalmente invisibilizada y marginada por la institucionalidad.


En las universidades y mayoría de centros de estudios superiores comúnmente se preparan profesionales para justamente trabajar en medios tradicionales y el anhelo es llegar a la televisión, siendo que muy pocos llegan a la pantalla chica, pero el periodismo popular o independiente prácticamente es invisible, no te lo presentan como una opción para que uno se especialice y quiera dedicarse a eso tras la titulación. Para Vinelli “la universidad tiene el deber ético de visibilizar el periodismo popular”. Sería muy interesante dignificar aquel campo periodístico para que aquel sector independiente disminuyera la brecha o diferencia de clase entre un medio popular y uno tradicional.


Sacando las primeras conclusiones, en este nuevo proceso constituyente sí es necesario que se regule mediante algún artículo el tema de los medios independientes, para que adquieran visibilidad a ojos de la ley. No obstante, no solo se puede quedar ahí, ya que hace falta una institucionalidad y una estructura sólida que sustente todo el sistema y eso siento que es mucho más importante que un artículo en la constitución.


Otra conclusión que saqué a partir de las declaraciones de las invitadas al conversatorio fue que es muy necesario visibilizar la actividad de los medios populares, desde la ética individual hasta la colectiva mediante oportunidades que se brinden en el medio. Esa preparación debe partir desde la formación profesional de los periodistas en las instituciones de educación superior.


El periodismo popular es un diamante en bruto que cada vez aumenta su auge en el continente y que necesita que ese cuerpo de personas interesadas en ese rubro se organicen sindicalmente para tener una representación institucional digna.




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